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Ismaelillo y la modernidad de Martí

Años, fue el nacimiento del Ismaelillo, impreso por Thompson y Moreau, cuyos ejemplares conservaba, en su estante, y en su modesta vivienda el propio lírico, el cubano José Martí quien envió a su madre, a sus amigos de Cuba, de México y Venezuela aquel volumen de versos, publicado en 1882 pero escrito en 1881.

 

"Yo no vendo ese libro: es cosa del alma. Pero me da gozo pensar que puedo hacer con el un pequeño beneficio. Ni lo hago por fama, pero pensando en mi hijo, se me llena el alma de jazmines; y se es un haz de ellos." Esas palabras las escribió el 23 de mayo, cuando envió su cuaderno a su amigo caraqueño, Agustín Aveledo, entonces director de un orfanato.

 

La ternura, libre de afeites y de retórica, fue uno de los elementos distintivos de esa potica, la suya que emergía entonces en el primero de sus libros orgánicos, con el que abría el espacio para la renovación de la lírica iberoamericana, que luego conoceremos como la eclosión del Modernismo.

 

Pedro Henríquez Ureña diría que con el Ismaelillo, José Martí había dado un nuevo timbre, una sensibilidad y fineza desconocidas en la poesía hispanoamericana. Y el poeta Eugenio Florit afirmaría que era "uno de los hitos de la poesía castellana y el primero tal vez de los libros de la poca moderna en nuestra América."

 

Aquellos versos de adjetivación libre, de intenso ritmo, de palabras simbólicas (vase luz, alas, oro), donde se entrecruzaban arcaísmos y neologismos, y se manejaba el diminutivo desde su carga semántica afectiva (jinetuelo, musilla, caballeruelo) fueron para el español don Federico de Onis, "la transición del romanticismo al

modernismo" en la potica de nuestra lengua.

 

Quince composiciones, ocho concebidas en molde de seguidillas, de heptasílabos y pentasílabos, cuatro en forma de romancillos heptasílabos y tres como romancillos hexasílabos sirvieron a José Martí para decir sus cuitas de hombre, la ausencia del hijo, el canto de la nostalgia y la expresión mas límpida del amor paternofilial, con una sencillez que cautivaba a Gabriela Mistral.

 

Unos amigos "me sacaron el Ismaelillo de las manos, y lo pusieron en prensa", diria a su amigo, el mexicano Manuel Mercado al enviarle el cuaderno. Entonces se reprochaba a si mismo, deseoso de ser poeta en actos mas que en versos.

Sin embargo, la hondura humana de aquel conjunto lírico que fue creciendo dentro de Martí, como se demuestra en sus cuadernos de apuntes de 1880 a 1881, hasta perfilarse el verso donde desde la nominación del conjunto de poemas y el nombre que da a su propio hijo, la musa traviesa de aquellos versos, su José Francisco, entonces lejos de el, ya con dos años, en medio de la crisis del hogar y de los desacuerdos conyugales con su esposa, Carmen Zayas Bazan, desde esa clula hay un fuerte simbolismo.

 

Se llamara Ismael, como el hijo de Abraham con la esclava Agar, el fundador del pueblo árabe en el pasaje de la Biblia, encargado en ese cuaderno por el amor paterno, el de Martí, también un fundador una nación para su pueblo, su patria.

Llegaba Martí a Venezuela, con 28 años, de la derrota de la segunda guerra de independencia, la llamada Guerra Chiquita que le había costado su segunda encarcelación en Cuba y su destierro a España, así como el exilio en los Estados Unidos, y de la crisis de identidad en su hogar, por desacuerdos de principios entre su esposa y el. Intentaría, en Caracas, recuperar el espacio íntimo. Pero no lograría el equilibrio económico necesario, a pesar de su ejercicio como docente y como periodista. Y tendría que abandonar Venezuela ante la imperiosa tiranía de Guzmán Blanco y en defensa de su eticidad.

 

Pero allí, entre los cerros caraqueños, había nacido su Ismaelillo: "mi objeto es desembarazar del lenguaje inútil la poesía: de hacerla duradera, haciéndola sincera, haciéndola vigorosa, haciéndola sobria; no dejando mas hojas que las necesarias para hacer brillar la flor. No emplear palabra en los versos que no tenga en si propia, real e inexcusable importancia. Denunciar el vulgar culto a la rima, y hacer de esta esclava del pensamiento, vía suya, órgano suyo, traje suyo."

 

La atmósfera espiritual que se expresa en el libro de poemas, la soledad y la nostalgia que lo nutren también manifiesta una potica obra, la de la modernidad en nuestra literatura hispanoamericana.

 

Autor: José Julián Martí Pérez

 

(La Habana, 28 de enero de 1853 – Dos Ríos, 19 de mayo de 1895) fue un político republicano democrático, pensador, escritor, periodista, filósofo y poeta cubano de origen español, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria. Perteneció al movimiento literario del modernismo.

 

 

Titulo y subtitulo: ISMAELILLO, MARTI Y EL MODERNISMO.

 

Tema:

El dolor, elemento fundamental de la vida plena, está presente en ambos poemarios. Resulta un valor positivo, pues habla el poeta de “las sabrosas penas de la virtud”. Es el camino por el que transita el hombre hacia el amor y la recuperación de la armonía perdida, por tanto resulta inherente al hombre. Solo existe una vía para escapar de las penas de la existencia, y es la que manifiesta en uno de los poemas:

 

Pudiera yo, hijo mío,

Quebrando el arte

Universal, muriendo

Mis años dándote,

Envejecerte súbito,

La vida ahorrarte!

 

Esta idea de ahorrar la vida de los hijos, con el fin de evitarles el sufrimiento que implica vivir aparece en el “Padre suizo”, en el cual, a partir de una noticia periodística se recrea el suicidio de un hombre, que primero ha arrojado a un pozo a sus tres hijos para evitarles la vida triste, pobre, del emigrante en un entorno ajeno. Martí transforma el filicidio en un acto heroico, y en héroe al suicida.

 

 

 

José Martí

 

"Sólo quien sabe de periodismo, y de lo costoso del desinterés, puede estimar de veras la energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia, la fuerza de carácter que revela la aparición de un diario honrado y libre".

Con estas palabras, José Martí define lo que para él debe ser la ética de un periodista. Con posterioridad, argumenta este pensamiento cuando manifiesta: "El periódico es una espada y su empuñadura la razón. Solo deben esgrimirla los buenos, y no ha de ser par para el exterminio de los hombres, sino para el triunfo necesario sobre los que se oponen a su libertad y progreso"



 

A Micaela, el primer poema publicado de José Martí Fecha: 2014-04-26Fuente: CUBARTE

 

 

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El poema A Micaela fue publicado en El Álbum. Periódico local, de ciencias, literatura y anuncios, de Guanabacoa, el 26 de abril de 1868, según puede comprobarse en el ejemplar que atesora el Museo Histórico de esa ciudad. Martí contaba quince años entonces y no se ha encontrado otro poema suyo impreso antes. En realidad se trata del primer texto publicado por él, pues La Patria Libre yAbdala no aparecerán hasta enero de 1869. El texto está motivado por la muerte del hijo de su mentor Rafael María de Mendive y se encuentra dedicado a la pena por la pérdida que sufre su esposa, Micaela Nin.

 

Las relaciones de Martí con su profesor eran muy estrechas, a partir de que un pariente suyo recomendara al padre del muchacho que lo inscribiese en la escuela primaria que dirigía Mendive. Este, admirado con las posibilidades del muchacho, después de presentarlo varias veces a premios que ganó, le dio ánimos para seguir estudios en su nuevo colegio “San Pablo”, ubicado en la propia casa en donde vivía. Las relaciones de Martí con su padre por aquel entonces eran tensas, pues apremiado por dificultades económicas quería que su hijo comenzara a ganar dinero en algún trabajo. Cosa que hizo, pero consiguiendo que lo dejasen salir temprano para poder asistir a clases.

 

Mendive se comprometió a sufragar todos los gastos de su educación y el adolescente fue acogido en más de una ocasión en la casa de su maestro. Allí convivió con Micaela y las hijas de Mendive de un matrimonio anterior, pues era viudo. Cuando pierden al niño, el 23 de febrero de 1869, más de un alumno se sintió motivado para escribir un poema. Y si el de Martí apareció en un efímero periódico de Guanabacoa, se debe a las relaciones de Mendive con ese pueblo, pues allí vivía la familia del suegro, en donde pasaba temporadas durante las cuales el adolescente fue a visitarlo más de una vez. Muchos años después, al escribir sobre Mendive, Martí recordará que su maestro a la muerte de su hijo “no imprimió tarjetas de duelo, sino que puso a escribir al más querido de sus discípulos, y decía en cartas sencillas 'Mi hijo Miguel Ángel ha muerto: invito a mis amigos a que concurran al entierro'”.

Amado Nervo

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